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Penurias de una niña de 10 años para acceder al aborto legal en Brasil

Necesidad de reforma en derechos reproductivos y mayor acceso a la atención

Manifestantes a favor de la legalización del aborto en Río de Janeiro, Brasil, el 8 de agosto de 2018. © 2018 AP Photo/Silvia Izquierdo

La niña, que vive con su familia ampliada, deseaba interrumpir el embarazo que, a tan temprana edad, podía poner en riesgo su vida. Conforme al derecho brasileño, que permite el  aborto en casos de violación sexual y cuando resulta necesario para salvar la vida de la persona embarazada, le correspondía ese derecho. Sin embargo, el hospital donde fue ingresada se negó a realizar el aborto afirmando que no estaban facultados a llevar a cabo el procedimiento. Luego de la intervención de un juez y de desplazarse 900 millas para recibir atención, finalmente se realizó el aborto a la niña el 17 de agosto.

Pero la terrible experiencia no terminó allí.

Luego de la sentencia del juez, una activista contra el aborto publicó el nombre de la niña y del hospital donde le realizarían el procedimiento, una acción que viola el derecho brasileño. A continuación, manifestantes contra el aborto bloquearon el acceso al hospital y hostigaron e insultaron al personal. Al llegar la niña, tuvo que entrar en el establecimiento escondida en el portaequipaje de una furgoneta. Llegó aferrada a sus dos muñecos de felpa.

Lamentablemente, el caso de la niña dista de ser poco frecuente en Brasil. Según distintos estudios, se estima que cada hora cuatro niñas brasileñas de menos de 13 años sufren violación sexual. En la mayoría de los casos, el agresor es un familiar. Aunque tienen derecho a un aborto legal, acceder a la práctica puede resultarles prácticamente imposible. En un país de 210 millones de habitantes, apenas 76 hospitales realizaban abortos legales en 2019. En junio, esa cantidad se redujo a 42 como consecuencia de la pandemia de Covid-19. El derecho internacional de los derechos humanos establece que negar o postergar el acceso al aborto a las sobrevivientes de violaciones puede constituir tortura. Brasil debe adoptar medidas más contundentes para asegurar que las personas abarcadas en las pocas categorías en las cuales se permite el aborto legal pueden acceder a esa práctica de manera segura.

Human Rights Watch también ha documentado las consecuencias devastadoras de las graves restricciones al aborto impuestas por Brasil y ha exhortado a las autoridades a ampliar el acceso al aborto seguro y legal en supuestos adicionales a las categorías actuales: violación sexual, cuando sea necesario para salvar la vida de la persona embarazada o cuanto el feto presente anencefalia.

Todas las mujeres y niñas deben poder ejercer sus derechos reproductivos, vivir sin temor a sufrir violencia o discriminación y preservar su salud, privacidad y dignidad. Las severas restricciones al aborto que existen en Brasil y la falta de medidas que aseguren el acceso a esta práctica ponen en riesgo a millones de esas mujeres y niñas.

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