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(Bruselas) - La Unión Europea y los Estados miembros no se mostraron dispuestos a abordar los abusos a los derechos humanos en el ámbito interno durante el año 2011, incluso cuando proclamaron la importancia del tema a la hora de inspirar la Primavera Árabe, Human Rights Watch señaló hoy en su Informe Mundial 2012.

Human Rights Watch descubrió tendencias preocupantes en materia de derechos humanos en la región de la Unión Europea, y enfatizó acontecimientos en nueve Estados miembros y sucesos en las áreas de inmigración y asilo, discriminación e intolerancia, así como política antiterrorista.

Un ensayo separado en el informe analiza las tendencias a largo plazo en materia de derechos humanos en Europa. El ensayo concluye que el menguante respeto por los derechos, la débil aplicación de la ley cuando ocurren las violaciones, la creciente influencia de los partidos extremistas y el distanciamiento de la idea de que los derechos se aplican por igual a todas las personas han llevado a una crisis que exige una acción urgente.

"A juzgar por la elevada retórica sobre la Primavera Árabe en 2011, parecería que los derechos humanos son una preocupación central de la UE", dijo Benjamin Ward, subdirector de Europa y Asia Central de Human Rights Watch. "La triste verdad es que los gobiernos de la Unión Europea con demasiada frecuencia ignoran los derechos en casa cuando resultan inconvenientes, especialmente cuando se trata de grupos vulnerables como minorías o inmigrantes, y hacen caso omiso a las críticas de abusos".

En su informe de 676 páginas, Human Rights Watch evaluó los progresos en materia de derechos humanos durante el año pasado en más de 90 países, tales como los levantamientos populares en el mundo árabe que pocos hubieran podido imaginar. 

Si bien la idea de una crisis de derechos humanos en Europa puede parecer exagerada, un examen más detenido revela tendencias muy preocupantes, señaló Human Rights Watch. Entre las novedades destacan cuatro: la erosión de los derechos bajo la política de lucha contra el terrorismo; la intolerancia cada vez mayor y las políticas abusivas hacia las minorías y los inmigrantes; el ascenso de partidos extremistas populistas y su influencia en la política general; y la disminución en la eficacia de las instituciones y los instrumentos que protegen los derechos humanos.

Las respuestas políticas a la inmigración de África del Norte ejemplifican el enfoque negativo de la UE en 2011. Entre ellas cabe mencionar los llamamientos a limitar la libre circulación dentro de las fronteras interiores de la UE, disputas sobre la responsabilidad del recate de inmigrantes en peligro que llegan a las costas en botes y una renuencia a reasentar a los refugiados procedentes de Libia.

Los partidos extremistas populistas se mantuvieron fuertes en toda la UE, corroyendo la política general, especialmente en cuestiones relacionadas con romaníes, musulmanes e inmigrantes. Los gobiernos de la UE con frecuencia respondieron dando eco a las críticas de estos partidos sobre las minorías y aplicando políticas que atentan contra los derechos humanos.

La Comisión Europea no cumplió con su deber de luchar enérgicamente en contra de las medidas que violan la Carta de Derechos Fundamentales y otras leyes de la UE. Se conformó con débiles enmiendas a una ley de medios muy problemática en Hungría, abandonó un procedimiento en contra de Francia por la expulsión de romaníes de Europa del Este a pesar de continuos abusos y suspendió un procedimiento en contra de Grecia, pese a que este país que ha hecho muy poco por reformar su sistema de asilo profundamente viciado y sus condiciones de detención inhumanas y degradantes. El 17 de enero, la Comisión anunció acciones legales contra Hungría sobre el nombramiento de autoridades judiciales, pero no está claro el efecto que tendrá esta injerencia sobre la interferencia más general del Gobierno en los tribunales y los medios de comunicación.

"A pesar de sus promesas de tolerancia cero, la Comisión Europea se ha mostrado reticente a emprender medidas contra los Estados miembros por sus acciones en materia de derechos humanos”, dijo Ward. "Si la Comisión no se vuelve más valiente, es probable que el respecto a los derechos dentro de la UE siga en declive".

Principales novedades de 2011
A pesar de que cientos de inmigrantes murieron en el Mediterráneo mientras trataban de huir de Libia, la UE no tomó una acción concertada para mejorar la coordinación de los esfuerzos de rescate marítimos ni para ayudar a reubicar a un número significativo de refugiados reconocidos de África del Norte. Aunque Italia y Malta rescataron a muchos barcos, un episodio a finales de marzo y principios de abril en el que supuestamente unos buques de guerra no rescataron un bote en peligro tuvo un saldo de 63 muertos. Disputas sobre el lugar adecuado para desembarcar a los inmigrantes rescatados y los solicitantes de asilo pusieron en peligro las vidas de otros.

El progreso hacia un sistema común de asilo sigue siendo lento, y las propuestas para las directivas modificadas de recepción, procedimientos y requisitos seguían todavía pendientes al finalizar el año. El enfoque de la UE hizo más hincapié en el control de la inmigración que en el acceso a la protección para aquellos que la necesitan.

En enero de 2011, en un veredicto histórico, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), una corte del Consejo de Europa cuyas decisiones son vinculantes para los Estados de la UE, determinó que las devoluciones de los solicitantes de asilo a Grecia desde otros países de la UE violaban sus derechos. La decisión citaba condiciones de detención inhumanas y degradantes, así como la falta de acceso efectivo al asilo en Grecia. El Tribunal siguió siendo un instrumento esencial para la protección de los derechos humanos en la región de la UE, a pesar de los ataques políticos de algunos sectores en Europa entre los que se encontraban varios ministros del Reino Unido.

La sentencia del TEDH, y otro dictamen similar en diciembre de la Corte de Justicia de la Unión Europea, enfatizó los problemas con la regulación "Dublín" de la UE, que requiere que el primer país de entrada procese las solicitudes de asilo, lo que pone una sobrecarga injusta sobre los países en las fronteras exteriores de la UE. La mayoría de los Estados suspendió las deportaciones a Grecia, pero los esfuerzos para reformar la norma siguieron estancados debido a la oposición de una mayoría de los miembros de la UE.

La violencia racista y xenófoba contra los inmigrantes, solicitantes de asilo y la comunidad romaní fue un problema serio en varios países, como Grecia, Italia y Hungría, así como también lo fue la respuesta inadecuada de sus gobiernos.  Los horribles ataques terroristas de julio en Noruega por un extremista xenófobo que mató a 77 personas resalta los peligros de la intolerancia sin control, mientras que la decisión del Gobierno noruego de responder con "más apertura, más democracia y más humanidad" ofrece un ejemplo positivo. En Francia y Bélgica entraron en vigor leyes que prohíben los velos musulmanes que cubren toda la cara, en un año en que los líderes del Reino Unido y Francia declararon el multiculturalismo una política fracasada.

Las medidas contra el terrorismo en los países europeos también trasgredieron los derechos humanos. España permite la detención en régimen de incomunicación hasta por 13 días. En Francia reformas a las normas de custodia policial establecieron poderes para interrogar a sospechosos de terrorismo sin un abogado presente y para restringir el acceso a un abogado por un máximo de 72 horas. En el Reino Unido, las propuestas legislativas para poner límites a las abusivas practicas de detención preventiva y órdenes de control con propósitos antiterroristas se vieron socavadas por disposiciones para eliminar tales restricciones en casos de emergencia.  

Se avanzó muy poco en la rendición de cuentas por complicidad de los gobiernos europeos con las prácticas de tortura y detención secreta de Estados Unidos. Lituania cerró su investigación, los avances fueron escasos en una investigación similar en Polonia y las autoridades rumanas emitieron repetidas negativas a pesar de la evidencia que identificaba la ubicación de un antiguo centro de detención secreta de la CIA en Bucarest. Un tribunal de Alemania desestimó un caso contra el Gobierno del mismo país por no pedir la extradición de ciudadanos estadounidenses supuestamente involucrados en la entrega extraordinaria a Afganistán de un ciudadano naturalizado alemán en 2004.

"El resultado neto de la evolución de los derechos humanos en Europa causa gran preocupación", dijo Ward. "Sin una acción concertada por parte de los gobiernos, la próxima generación de europeos podría considerar a los derechos humanos como una opción adicional en lugar de un valor fundamental".

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