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(Londres) – La sorprendente detención de David Miranda, compañero sentimental de Glenn Greenwald, un periodista del diario The Guardian, en el aeropuerto londinense de Heathrow, el 18 de agosto de 2013, parece destinada a castigar o intimidar a periodistas, señaló hoy Human Rights Watch.

El Gobierno del Reino Unido debe aclarar inmediatamente las razones de la detención de Miranda durante nueve horas —y también la confiscación de su equipo electrónico— y quién dio la orden.

“Es increíble que se considerara presunto terrorista a Miranda”, dijo David Mepham, director para el Reino Unido de Human Rights Watch. “Por el contrario, parece que la intención de su detención era intimidar a Greenwald y a otros periodistas que han informado sobre los abusos en los sistemas de vigilancia”. Greenwald es el periodista que escribió artículos para el diario ‘The Guardian’ y otras publicaciones, sobre los programas de vigilancia de EE.UU., basados en la información proveída por Edward Snowden, el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA).

Los agentes de seguridad de Reino Unido retuvieron a Miranda en el aeropuerto durante nueve horas —lo máximo que permite la Ley sobre Terrorismo del Reino Unido de 2000. La ley permite estas retenciones por razones migratorias con el fin de prevenir el terrorismo, incluso en ausencia de una sospecha razonable.

Human Rights Watch ha criticado las leyes sobre terrorismo del Reino Unido porque son demasiado genéricas. Una autoridad similar dentro del marco de la Ley sobre Terrorismo de 2000, que permite a la policía detener a personas en las calles británicas por terrorismo sin que haya sospecha, fue anulada por el Gobierno del Reino Unido tras las críticas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Greenwald y The Guardian informaron que los agentes en Heathrow confiscaron el equipo electrónico de Miranda: teléfono móvil, computadora portátil, cámara, tarjetas de memoria, DVD y videoconsolas. Este equipo, y los datos almacenados en él, deben ser devueltos inmediatamente, señaló Human Rights Watch.

“La confiscación del equipo de Miranda parece un flagrante uso indebido de la Ley sobre Terrorismo del Reino Unido para fisgonear en el trabajo legítimo de un periodista”, dijo Mepham.

Greenwald dijo que los funcionarios interrogaron a Miranda acerca de la extensa cobertura periodística por Greenwald de la vigilancia de la NSA. Dijo que Miranda estaba de camino a su casa en Brasil después de pasar una semana en Berlín con la periodista que colaboró con Greenwald en los reportajes sobre la NSA, Laura Poitras. El diario The Guardian dijo que había pagado el viaje de Miranda.

“Los legisladores británicos deben reclamar urgentemente respuestas del Gobierno”, dijo Mepham. “¿Quién autorizó esta detención y se hizo a petición de Estados Unidos? El Parlamento debe examinar también esta autoridad para determinar si constituye un abuso inherente de derechos”.

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