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Mujeres transgénero son abusadas en centros de detención inmigratoria de EE. UU.

Decenas enfrentan agresiones sexuales y régimen de aislamiento

An illustration depicts a transgender woman housed in a men's immigration detention facility. © 2016 Brian Stauffer for Human Rights Watch

(Los Ángeles) – En todo momento, decenas de mujeres transgénero, incluidas solicitantes de asilo que han llegado a Estados Unidos buscando protegerse de abusos en su país de origen, se encuentran encerradas en cárceles o centros de detención inmigratoria con condiciones prácticamente carcelarias en distintas regiones del país, señaló Human Rights Watch en un informe difundido hoy. Muchas han sido sometidas a agresiones sexuales y maltratos durante la detención, mientras que otras permanecen en régimen de aislamiento por tiempo indeterminado.

El informe de 88 páginas, “‘¿Pueden ver cuánto estoy sufriendo?’: Abuso contra mujeres transgénero en centros de detención inmigratoria en EE. UU.”, documenta 28 casos de mujeres transgénero que estuvieron retenidas en centros de detención inmigratoria en EE. UU. entre 2011 y 2015. Más de la mitad de las mujeres transgénero que entrevistó Human Rights Watch estuvieron detenidas en algún momento en establecimientos para hombres. La mitad también había permanecido en régimen de aislamiento, y en muchos casos esta medida se había justificado aduciendo que era por su seguridad. Sin embargo, el régimen de aislamiento es, en sí mismo, una forma de abuso y muchas de las personas que habían soportado estas condiciones experimentaron traumas y profundo sufrimiento psicológico.

“Numerosas mujeres transgénero llegan a EE. UU. intentando protegerse de abusos violentos en sus países de origen”, observó Adam Frankel, coordinador del programa sobre derechos de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero (LGBT) de Human Rights Watch y autor del informe. “En cambio, se encuentran con nuevos maltratos gracias a políticas de detención que las exponen innecesariamente al riesgo de violencia y abusos”. 

Sara V., una mujer transgénero procedente de Honduras, contó a Human Rights Watch que en abril de 2014 fue violada por tres hombres en un centro de detención en Arizona. Había huido de la violencia de pandillas y las amenazas de muerte en Honduras, y fue detenida poco después de llegar a EE. UU. Dijo que cuando informó la agresión, un guardia le advirtió: “Ustedes [las mujeres transgénero] son las que causan estos problemas y siempre llaman la atención de los hombres”.

Gloria L, otra mujer transgénero de Honduras, permaneció en régimen de aislamiento cerca de cuatro meses en un centro de detención de Louisiana, desde diciembre de 2014. “Un guardia me indicó que [me habían puesto en celda de aislamiento] ‘porque tenía cabello largo y pechos’”, aseveró. “Uno [de ellos] me dijo que estaba ‘cansado de ver maricones’. Me trataron como un animal”.

Como mínimo, el gobierno estadounidense debería asegurar que las mujeres transgénero que son detenidas estén en un entorno donde no se produzcan abusos y se respeten sus necesidades médicas y de salud mental.
Adam Frankel

coordinador del programa LGBT

Hasta hace poco, las mujeres transgénero detenidas por motivos inmigratorios eran asignadas sistemáticamente a establecimientos de detención para hombres, donde muchas han sido agredidas sexualmente y, con frecuencia, sufrieron acoso por parte de detenidos de sexo masculino y guardias, el mismo tipo de abusos que motivan a numerosas mujeres transgénero a huir de su país de origen en primer lugar. Estas mujeres aseguraron haber sido obligadas a dormir y ducharse en las mismas zonas comunes donde había decenas de hombres, y que los guardias a menudo se negaban a protegerlas y no intervinieron cuando fueron abusadas.

En junio de 2015, el gobierno estadounidense anunció una nueva serie de directrices destinadas a mejorar sus condiciones de detención, que establecen como prioritaria su asignación a unidades que alojen exclusivamente a mujeres transgénero. Si bien esta nueva política representa un adelanto importante, las medidas no prevén un mecanismo de supervisión independiente para asegurar que los centros de detención individuales las apliquen, señaló Human Rights Watch.

“Cuando el estado encierra a mujeres transgénero en un establecimiento para hombres, está permitiendo que muy probablemente sufran violencia sexual”, sostuvo Isa Noyola, directora de programas del Transgender Law Center y activa defensora de las mujeres transgénero inmigrantes a nivel nacional. “Numerosas integrantes de nuestra comunidad han tenido que perder mucho y sufrir todo tipo de violencia para llegar aquí; para que luego, además, sean puestas en situaciones en las cuales experimentan más violencia a diario, no está nada bien”.

Cuando el estado encierra a mujeres transgénero en un establecimiento para hombres, está permitiendo que muy probablemente sufran violencia sexual/
Isa Noyola

directora de programas del Transgender Law Center

Actualmente, la mayoría de las mujeres transgénero detenidas por motivos inmigratorios en EE. UU. son retenidas en una unidad segregada del centro penitenciario Santa Ana City Jail, en el Sur de California. Sin embargo, Santa Ana dista de ser el modelo de práctica responsable para el cual fue creado. Diversas mujeres transgénero alojadas allí dijeron a Human Rights Watch que los guardias de sexo masculino les practican habitualmente revisiones físicas exhaustivas de manera humillante y abusiva. Muchas afirman que no han podido obtener servicios médicos adecuados, incluida la terapia de sustitución hormonal, y han permanecido períodos irrazonablemente extensos en celdas de aislamiento.

Las políticas de detención vigentes siguen permitiendo que las autoridades inmigratorias mantengan a mujeres transgénero en establecimientos para hombres o en régimen de aislamiento por tiempo indeterminado. Las mujeres transgénero en Santa Ana que no son ingresadas a la unidad segregada a menudo enfrentan condiciones incluso más abusivas, como ser alojadas con hombres o en régimen de aislamiento.

“Como mínimo, el gobierno estadounidense debería asegurar que las mujeres transgénero que son detenidas estén en un entorno donde no se produzcan abusos y se respeten sus necesidades médicas y de salud mental”, observó Frankel. “Si el gobierno no está en condiciones de tomar las medidas necesarias para dar estas garantías o no tiene interés en hacerlo, entonces debería abstenerse de mantener a mujeres transgénero en detención inmigratoria”.

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