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Una mujer coloca algunas flores en recuerdo de las víctimas del ataque en el Manchester Arena, en el centro de Manchester, Gran Bretaña 23 de mayo 2017. ©REUTERS/Darren Staples

(Londres) - Tras el ataque en el Manchester Arena, la noche del 22 de mayo de 2017, Human Rights Watch emite la siguiente declaración.

La respuesta puede atribuirse a David Mepham, director del Reino Unido en Human Rights Watch:

El ataque en el Manchester Arena la noche del 22 de mayo de 2017 fue un despreciable acto de violencia, dijo hoy Human Rights Watch.

Según fuentes oficiales, por lo menos 22 personas murieron tras las detonaciones, y más de 59 resultaron heridas, algunas en estado crítico. Entre los muertos y heridos se reporta que algunos eran niños.

Human Rights Watch expresa sus más profundas condolencias a todos los afectados por el ataque de la noche anterior. La tragedia ocurrió justo después de un concierto de un artista estadounidense popular entre niños y jóvenes, y estaba claramente destinado a causar graves pérdidas de vidas. Hay informes en los medios de que el Estado Islámico (ISIS) se ha atribuido la explosión.

Este ataque que registra la mayor pérdida de vidas en la ciudad, se produce a dos décadas del atentado de Arndale en Manchester en 1996, que dejó a más de 200 personas heridas. También es el ataque más mortífero de su tipo en el Reino Unido desde los atentados de Londres del 7 de julio de 2005.

Las víctimas de los ataques masivos ocurridos este año en múltiples países alrededor del mundo, son un recordatorio de la amenaza que representan las personas impulsadas por el odio o por puntos de vista violentos o extremistas.

Los principios de la democracia, los derechos humanos, el estado de derecho y la tolerancia siguen siendo los baluartes más fuertes contra el miedo, el odio y la división que buscan sembrar los que cometen estos ataques.

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