Durante la pandemia de Covid-19, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha sido una fuente de constante desinformación respecto al virus. Aunque México tiene una de las tasas oficiales de mortalidad por Covid-19 más altas del mundo, el presidente se niega a usar cubrebocas y ha seguido realizando giras y eventos públicos en todo el país, donde incluso abraza y besa a algunos de sus simpatizantes.
El 23 de enero, durante una de esas giras, López Obrador empezó a sentir síntomas "como de una gripa" y se realizó una prueba de Covid-19, de acuerdo con reportes mediáticos. Mantuvo el itinerario previsto y se reunió con funcionarios públicos y militares, cenó en un sitio cerrado con empresarios y asistió a cuatro eventos públicos en dos estados, en todos los casos sin usar cubrebocas ni seguir las recomendaciones sobre distanciamiento social—como si ya hubiéramos regresado a la normalidad. También tomó tres vuelos comerciales, en los cuales posiblemente expuso a cientos de personas al virus. Al día siguiente, al regresar a Ciudad de México, el presidente indicó en un tuit que la prueba había salido positiva y que estaba recibiendo tratamiento médico por “síntomas leves”.
Tras el anuncio, otros funcionarios gubernamentales se hicieron pruebas de Covid-19 y decidieron aislarse. Mientras tanto, el presidente está siendo atendido por un equipo de especialistas en el Palacio Nacional. Estos son servicios a los cuales solo tienen acceso unos pocos mexicanos, en parte por la respuesta inadecuada del propio presidente ante la pandemia. El gobierno ha limitado de manera deliberada las pruebas gratuitas de Covid-19, llamándolas un “desperdicio de tiempo … [y] recursos”; por lo que ha sido sumamente difícil para muchos mexicanos realizarse una prueba. En las regiones más afectadas del país, puede ser prácticamente imposible encontrar camas libres en los hospitales o incluso llenar tanques de oxígeno para quienes intentan tratar a sus familiares en casa. Los expertos estiman que, como resultado, muchos de los que se enferman o mueren por Covid-19 en México nunca reciben cuidados intensivos, son ingresados en un hospital o siquiera reciben pruebas de Covid-19.
La postura de López Obrador ante el virus ha puesto en peligro a los mexicanos. El presidente ha contrariado las recomendaciones de salud pública, indicado a los mexicanos que ignoren las órdenes de quedarse en casa y ha insistido en que el uso de cubrebocas “no es indispensable”. Además, se descubrió que su gobierno estaba ocultando la cifra real de muertes por Covid-19 y manipulando estadísticas para evitar las medidas de confinamiento.
En noviembre, el titular de la Organización Mundial de la Salud advirtió que México se encontraba en “una mala situación” debido al elevado número de infecciones y muertes por Covid-19 e instó al Presidente López Obrador a “actuar con suma seriedad”. Ahora que el presidente sufre la enfermedad, debería hacerlo de una vez por todas y dejar de jugar con la vida y la salud de los mexicanos.
