- Guardias fronterizos saudíes han matado al menos a cientos de migrantes y solicitantes de asilo etíopes que intentaron cruzar la frontera entre Yemen y Arabia Saudita entre marzo de 2022 y junio de 2023.
- Funcionarios saudíes están matando a centenares de mujeres y niños fuera de la vista del resto del mundo mientras gastan miles de millones en deportes para lavar su imagen.
- Arabia Saudita debería revocar de inmediato y con urgencia cualquier política de uso de fuerza letal contra migrantes y solicitantes de asilo. Los países afectados deberían hacer presión para la rendición de cuentas y la ONU debería abrir una investigación.
(Londres) – Guardias fronterizos saudíes[C1] han matado al menos a cientos de migrantes y solicitantes de asilo etíopes cuando trataban de cruzar la frontera entre Yemen[C2] y Arabia Saudita entre marzo de 2022 y junio de 2023, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Si se cometieran como parte de una política del gobierno saudí para eliminar a migrantes, estos asesinatos, que parecen persistir, constituirían un crimen contra la humanidad.
El informe de 73 páginas, “‘They Fired on Us Like Rain’: Saudi Arabian Mass Killings of Ethiopian Migrants at the Yemen-Saudi Border” (“‘Nos dispararon como si lloviera’: Asesinatos masivos de migrantes etíopes en Arabia Saudita en la frontera entre Yemen y Arabia Saudita) concluye que los guardias fronterizos saudíes han utilizado explosivos para matar a muchos migrantes y han disparado a quemarropa contra otros, entre ellos muchas mujeres y niños, en un patrón de ataques generalizado y sistemático. En algunos casos, los guardias fronterizos saudíes preguntaban a los migrantes a qué extremidad disparar y luego les disparaban a quemarropa. Los guardias fronterizos saudíes también dispararon armas explosivas contra migrantes que intentaban huir de vuelta a Yemen.
“Los funcionarios saudíes están matando a cientos de migrantes y solicitantes de asilo en esta remota zona fronteriza fuera de la vista del resto del mundo”, afirmó Nadia Hardman, investigadora en el departamento de derechos de refugiados y migrantes de Human Rights Watch. “Gastar miles de millones en la compra de campos de golf profesionales, clubes de fútbol y grandes eventos de entretenimiento para mejorar la imagen saudí no debería desviar la atención de estos horrendos crímenes”.
Human Rights Watch entrevistó a 42 personas, entre ellas 38 migrantes y solicitantes de asilo etíopes que intentaron cruzar la frontera entre Yemen y Arabia Saudita entre marzo de 2022 y junio de 2023, y a 4 familiares o amigos de quienes intentaron cruzar durante ese periodo. Human Rights Watch analizó más de 350 fotografías y videos publicados en las redes sociales o recopilados de otras fuentes, así como varios cientos de kilómetros cuadrados de imágenes vía satélite.
Aproximadamente 750.000 etíopes viven y trabajan en Arabia Saudita. Aunque muchos emigran por motivos económicos, otros han huido debido a graves violaciones de los derechos humanos en Etiopía, incluso durante el reciente y brutal conflicto armado en el norte del país.
Aunque Human Rights Watch ha documentado asesinatos de migrantes en la frontera con Yemen y Arabia Saudita desde 2014, los asesinatos parecen ser una escalada deliberada tanto en el número como en la forma de los asesinatos selectivos.
Migrantes y solicitantes de asilo dijeron que cruzaron el Golfo de Adén en embarcaciones no aptas para la navegación y que contrabandistas yemeníes los llevaron a la región de Saada, actualmente bajo control del grupo armado huthi, en la frontera con Arabia Saudita.
Muchos dijeron que las fuerzas huthi trabajaban con los contrabandistas y los extorsionaban o los trasladaban a lo que los migrantes describían como centros de detención, donde se maltrataba a las personas hasta que pudieran pagar una “tasa de salida”.
Los migrantes, en grupos de hasta 200 personas, intentaban regularmente cruzar la frontera con Arabia Saudita, a menudo en múltiples intentos después de que los guardias fronterizos saudíes los hicieran retroceder. Los migrantes dijeron que en sus grupos había mayoritariamente mujeres y niños no acompañados. Human Rights Watch ha identificado en imágenes vía satélite puestos de la guardia fronteriza saudí que coinciden con estos relatos. Human Rights Watch también identificó lo que parece ser un vehículo protegido contra emboscadas y resistente a las minas colocado entre el 11 de octubre de 2021 y el 1 de enero de 2023 en uno de los puestos de la guardia fronteriza saudí. El vehículo parecía tener una ametralladora pesada montada en una torreta en el techo.
Las personas que viajaban en grupo describieron haber sido atacadas con proyectiles de mortero y otros explosivos desde la dirección de los guardias fronterizos saudíes una vez que habían cruzado la frontera. Los entrevistados describieron 28 incidentes con guardias fronterizos saudíes que utilizaron armas explosivas. Los supervivientes dijeron que los saudíes a veces los retenían en centros de detención, en algunos casos durante meses.
Los testimonios recogidos son espeluznantes: cuerpos de mujeres, hombres y niños esparcidos por el paisaje montañoso gravemente heridos, ya muertos y descuartizados. “Primero estaba comiendo con la gente y de repente se estaban muriendo”, dijo una persona. “Hay algunas personas que ni siquiera se pueden identificar porque sus cuerpos están tirados por todas partes. A algunos los partieron por la mitad”.
Una investigación digital de Human Rights Watch de videos publicados en las redes sociales o enviados directamente a Human Rights Watch y verificados y geolocalizados muestra a migrantes muertos y heridos en los senderos, en campamentos y en instalaciones médicas. El análisis geoespacial reveló el aumento de los enterramientos cerca de los campamentos de migrantes y la ampliación de la infraestructura de seguridad fronteriza.
Miembros del Grupo Independiente de Expertos Forenses del Consejo Internacional para la Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura, un grupo internacional de destacados expertos forenses, analizaron fotografías y videos verificados en los que aparecían migrantes heridos o muertos para determinar las causas de sus heridas. Concluyeron que algunas lesiones mostraban “patrones claros consistentes con la explosión de municiones con capacidad para producir calor y fragmentación”, mientras que otras tienen “características consistentes con heridas de bala” y, en un caso, “se aprecian quemaduras”.
Las personas que viajaban en grupos más reducidos o por su cuenta dijeron que, una vez cruzada la frontera entre Yemen y Arabia Saudita, los guardias fronterizos saudíes les dispararon con rifles. También contaron que los guardias les golpearon con piedras y barras de metal. Catorce entrevistados presenciaron o resultaron heridos en tiroteos a corta distancia. Seis fueron blanco tanto de armas explosivas como de disparos.
Algunos dijeron que los guardias fronterizos saudíes bajaban de sus puestos de vigilancia fronteriza y golpeaban a los supervivientes. Un joven de 17 años dijo que los guardias fronterizos le obligaron a él y a otros supervivientes a violar a dos niñas supervivientes después de que los guardias hubieran ejecutado a otro migrante que se negó a violar a otra superviviente.
Arabia Saudita debería revocar de inmediato y con urgencia cualquier política, explícita o de facto, de uso de fuerza letal contra migrantes y solicitantes de asilo, incluidos los ataques con explosivos y los disparos a corta distancia. El gobierno debería investigar y disciplinar o procesar debidamente al personal de seguridad responsable de homicidios ilegítimos, heridas y tortura en la frontera con Yemen.
Los gobiernos afectados deberían pedir públicamente a Arabia Saudita que ponga fin a cualquier política de este tipo y presionar para que rinda cuentas. Mientras tanto, los gobiernos afectados deberían imponer sanciones a los funcionarios saudíes y huthi implicados de forma creíble en las violaciones que se están cometiendo en la frontera.
Debería abrirse una investigación respaldada por la ONU para evaluar los abusos contra migrantes y si los homicidios constituyen crímenes de lesa humanidad.
“Los guardias fronterizos saudíes sabían o deberían haber sabido que estaban disparando contra civiles desarmados”, afirmó Hardman. “Si no se hace justicia por lo que parecen ser graves crímenes contra migrantes y solicitantes de asilo etíopes, solo provocarán más homicidios y abusos”.
